lunes, 19 de marzo de 2012

El programa Escuela 2.0 en la cuerda floja.


Leíamos el otro día un titular: “Educación elimina por ineficaz el plan Gabilondo «un ordenador por niño» “ ¿Qué hay de cierto en esto?  Por ahora parece que sí, que la cosa se queda en Standby.
No es la falta de medios sino la falta de eficacia la que ha provocado la paralización del proyecto. Según informaba ABC  el pasado día 16 el Ministerio de Educación es consciente de los «problemas que ha habido en la implantación y el desarrollo del programa Escuela 2.0 (un niño, un ordenador) y por ese motivo, antes de continuar, quieren evaluarlo desde diferentes perspectivas»,  cita fuentes cercanas al ministro Wert.

Ante la mera entrega de ordenadores a los niños sólo se ha salvado del programa la implantación de la pizarra digital, que escapa con buena nota tanto en la opinión como en el uso en clase.
La Escuela 2.0 «solo funciona si hay un proyecto por parte del centro de enseñanza acompañado de la formación de los profesores», de lo contrario es un gasto inútil.  La formación del profesorado debe empezar desde la Facultad, acostumbrándose a usar las nuevas tecnologías a la par que las clásicas en la práctica diaria.  Una frase que decimos continuamente en iPro cuando impartimos un Curso de Formación de nuevas tecnologías en el aula a los profesores es: “No adaptes tu pedagogía a las nuevas tecnologías, pregúntate cómo adaptar la tecnología a tu pedagogía” El profesor, su participación, su aportación es lo esencial en la educación. Ya sea con una tiza, con una pizarra digital, una tablet último modelo o un proyector de opacos.  Sin el debido plan de Centro y formación de los profesores, toda tecnología es inservible. Por muy cara y atractiva que sea.
No hay que entregar primero el ordenador al alumno y luego al profesor, es justo al revés. El profesor debe aprender a manejar el ordenador y adaptarlo, no adoptarlo a sus clases. Luego evaluará el comportamiento de sus alumnos y cómo podrán ellos usarlo.  Es sencillo, no empezar la casa por el tejado.
No olvidemos que la mayoría de los alumnos ya pertenecen a la generación digital, han nacido con ordenador en casa, no podemos dejar que nos coman el terreno o nos adelanten. La formación y colaboración de y entre los profesores es esencial en el desarrollo de los alumnos.
No perdamos la esperanza, no dejemos que una inversión tan alta en tecnología se quede en saco roto y sólo haya servido para que los niños jueguen en casa con otro ordenador más.

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